Siempre me pregunté qué significaba la vida para mí. Recuerdo a muchos maestros decirme: «todo es parte del viaje, disfrútalo» y yo no lo entendía, al contrario, me molestaba el hecho que todo fuese parte del viaje, ¿cómo lo malo iba a formar parte? Me preguntaba si el dolor y sufrimiento también podían participar y es que, desde siempre me enseñaron a buscar la felicidad, que la felicidad siempre estaba fuera de mí, esperándome en alguna parte. Y yo lo creí.
Por más de 27 años me la pasé buscando la felicidad en personas, lugares y experiencias, creyendo que algún día, en medio de todo ese ruido iba a encontrar todo lo que yo buscaba: sentirme bien, cómoda, plena y feliz; pero la realidad es que no encontré nada de eso, al contrario, el dolor y sufrimiento se apoderaron de mí, estaba en un bucle vicioso. Me sentía tan defraudada, ¿cómo es posible que no encontraba todo eso que desde pequeña me dijeron que encontraría? Depositaba tanto en los demás…
Fue hasta que algo me hizo clic. Si todo se repetía una y otra vez, ¿quién estaba siendo la constante? Ahí todo cambió, logré despertar y concientizar que la única constante que aparecía en el ciclo vicioso era yo y si algo no estaba funcionando es porque yo lo estaba haciendo mal y si algo debía cambiar, también tenía que ser yo. Comencé a indagar en todo lo que no estaba funcionando en mi vida: dinero, amor y salud, seguramente encontraría respuestas en algún punto de mi vida.
La realidad es que fue uno de los caminos más duros que he atravesado, tanto dolor, tanto miedo, tanto silencio, tantas cosas que calle y otras que dije de más; tanto que me faltó hacer y tanto que me faltó no hacer, estaba en un pasado lleno de arrepentimientos y un futuro lleno de dudas, ¿encontraría la salida? Cinco años después llenos de puro dolor, sombra y sufrimiento, la vida empezó a cambiar, supongo que el enfrentarse a eso que más duele también puede ser lo que más te libera.
Y hoy puedo decirte lo siguiente con muchas lecciones de vida de por medio: «la felicidad es efímera, la plenitud eterna» Con todo este tiempo que ha pasado, comprendí que, yo nunca busqué la felicidad, aunque al principio parecía que sí, eso en el fondo no era lo que yo buscaba, lo que realmente soñaba con alcanzar era la plenitud de la vida, el ver un árbol y agradecer estar vida. Quería sentirme completa sin tener nada, sin tener a nadie, quería vibrar a mi máxima energía, quería entenderme y lo logré.
Encontré la plenitud en un lugar que no creí encontrarla, y aunque aseguro que yo la encontré, estoy segura que la plenitud me encontró a mí, porque cada día estoy más y más segura que Dios no se equivoca y que todo pasa por algo y para algo, ahora entiendo mi proceso y que sí, todo sí era parte del viaje, solo que en ese momento yo no lo entendía.,,
Quiero compartirte e inspirarte a que la felicidad solo es pasajero, pero que la plenitud es eterna y lo que realmente estás buscando es sentirte bien contigo cada día de tu vida, ese es el sueño, ese era el mío, y. aunque aún sigo trabajando en eso, me siento afortunada que aunque sea por segundos sienta lo que es vivir en plenitud.
Ya escribí mi futuro y estoy segura que, tarde o temprano, todo esto acomodará lo que en su pasado se pauso.
Agradezco una vez más a la vida por tanto amor, tanto aprendizaje y tanto dolor, porque sin él, nada de esto sería posible.
Estás en el lugar que tienes que estar, con las personas, situaciones y vida. Nada es casualidad, confía en eso.
Recuerda, no estás sola, este camino lo caminamos juntas, pero cada una buscando sus propias respuestas, ¿de acuerdo?
Sin más por escribir, nos vemos mañana y no olvides ser esa buena vibra que te gustaría encontrar en el mundo.